Blefaroplastia en Valladolid
Rejuvenece tu mirada con esta técnica
La Blefaroplastia es la cirugía estética y/o funcional de los párpados. Mediante esta intervención quirúrgica se extrae piel, músculo o incluso grasa tanto del párpado superior como inferior. Con ello se consigue mejorar tanto la anatomía, como la funcionalidad o la estética de los párpados.
Si la incisión se realiza en el párpado superior, se sigue su pliegue natural para que quede perfectamente camuflado y oculto a la vista. Si se realiza en el párpado inferior hay que hacer un acceso transconjuntival (por la parte interna) para evitar que las cicatrices sean visibles.
¿Qué beneficios se consiguen con la Blefaroplastia?
Esta intervención puede tener una finalidad reconstructiva (extirpación de un tumor, lesión, etc.) o cosmética (mejorar la apariencia).
Si tiene un fin estético podremos:
Rejuvenecer nuestra mirada consiguiendo mejorar la expresión facial.
Eliminar las bolsas de grasa.
Occidentalizar el párpado asiático.
Ampliar el espacio entre el párpado y la ceja.
La blefaroplastia mejora de forma considerable el aspecto del párpado, sin perseguir un ideal estético. Los resultados obtenidos dependerán de las características del paciente. Además, son individuales e incluso unilaterales, pudiendo la cirugía ser diferente en cada ojo.
Patologías en las que se puede usar la blefaroplastia
Sin embargo, muchas veces se recurre a este procedimiento no solo por estética, sino con la finalidad de reconstruir la zona (lesiones, extirpación de un tumor).
Algunas de las patologías que requieren una intervención en esta zona son:
- Dermatochalasis. Es un exceso de piel (grasa o no) en el párpado inferior o superior. La estructura que contiene la grasa orbitaria se va debilitando y la grasa va avanzando. Si se produce en el párpado inferior se formarán las temidas bolsas.
- Malposiciones palpebrales. Son posiciones anómalas de los párpados que ocurren por diversas causas. Las más comunes son: entropión (párpado se invierte), ectropión (párpado se revierte), ptosis (caída del párpado superior) o retracción palpebral (párpados anormalmente abiertos)
- Lagoftalmos. Impide cerrar de forma completa el párpado, provocando sequedad ocular y llegando a afectar en algunos casos a la visión.
- Blefarospasmo. Son contracciones involuntarias de los párpados que impiden al paciente mantener estos abiertos.
- Tumores palpebrales. Son muy comunes y de forma general suelen ser benignos. Se tratan de una forma sencilla sin dejar una cicatriz visible.
Preoperatorio
Antes de realizar la intervención se realizará una exploración oftalmológica completa de las estructuras perioculares: cejas y párpados. Por eso, si fuera necesario para lograr un rejuvenecimiento total de la mirada, se valorará si las cejas y mejillas están en armonía con la mirada.
Postoperatorio
Este procedimiento no precisa ingreso hospitalario. Su duración completa, en el caso en que se efectúe en ambos ojos, no suele superar las dos horas. Si se lleva a cabo en los párpados inferiores van a requerir menor tiempo aún.
Es una operación relativamente sencilla, pero que va a necesitar una serie de cuidados después de la cirugía para conseguir que los resultados sean óptimos.
Durante las primeras 48 horas, es necesario realizar compresión de los párpados, intentando presionar sobre el hueso, no sobre el ojo. Esta compresión se hace con bolsas de hielo picado protegido con un paño o gasas durante periodos de 15-20 minutos, descansando otros 20.
Además, debes evitar maquillarse durante el primer mes.
La sintomatología que puedes sufrir una vez realizada la intervención son: manchados de sangre las primeras 24 horas, dificultad para cerrar los párpados los primeros días, pequeños cambios en la visión de forma pasajera.
Una vez pasada la primera semana se retirarán los puntos y llegados los tres o seis meses se procederá al alta definitiva en la mayoría de casos.